Preguntas cómo: ¿No será demasiado pequeño? ¿Cómo le afectará a mi peque estar entre extraños tantas horas? ¿Está bien que vuelva al trabajo y no cuide de mi hijo?, comienzan a rondar las cabezas de nuestros padres sobre todo desde hace unos mesas a ahora. No hay que preocuparse. Si hacemos bien las cosas, si las hacemos con calidad, el niño comenzará a socializarse y es una buena preparación para lo que vendrá después; el colegio y su vida.
Pasar de las caricias y atenciones de papá y mamá a tener que compartir el tiempo con otros niños, le enseñará conductas tan valiosas y necesarias para vivir en sociedad como compartir las cosas o empezar a experimentar las primeras nociones de amistad.
Todos nuestros peques, durante estas dos semanas desde que comenzó el curso, comienzan a experimentar sentimientos de pertenencia a un grupo y perciben que allí hay unas reglas y unos horarios que tienen que cumplir y algo que es vital; lo tienen que hacer TODOS JUNTOS.
Esto les ayudará a la educación; sí también a la educación en casa, y van a darse cuenta poco a poco, que no son el centro de todo, que hay «otros iguales» con los que jugar, divertirse y compartir, pero también con los que pelearse, de quiénes proteger sus juguetes, a quienes chillar…
Ciertamente hay que destacar un aspecto que repetimos a nuestros padres y que tratamos de remarcar: que vuestros peques vayan a la guardería no significa que la educación ya esté encarrilada y nosotros podamos desentendernos. Para que este proceso sea del todo beneficioso, se necesita coherencia y continuidad.