¿Sabéis de dónde viene el pan y cual es su orígen?
Los cereales son un alimento básico para el ser humano, sin embargo, si estos no son tratados, machacados y mezclados con otros ingredientes pueden ser indigestos para el organismo. Es por ello que a lo largo de la historia, las diferentes culturas han ido tratando los cereales hasta conseguir el pan que hoy conocemos y consumimos.
Desde la antigüedad se ha elaborado pan, y se cree que las primeras culturas machacaban los granos de trigo y probablemente los humedecían con agua para facilitar su ingesta. El consumo de este producto desde la Prehistoria se debe al fácil almacenamiento y conservación de este.
Los egipcios elaboraban la masa con harina y agua y desarrollaron los hornos para su cocción. Además, esta cultura fue la que descubrió ‘por accidente’ que si se fermentaba la masa esta se ‘levaba’ y adquiría más sabor, y añadieron distintas plantas para darle sabores diferentes al pan. Este alimento llegó así a convertirse en esencial para la sociedad.
La cultura griega desarrolló la masa, añadieron todo tipo de cereales y desarrollaron distintas formas de elaboración. También cocían la masa y estos utilizaban hornos en forma de cúpula y abiertos en la parte frontal para introducir los panes. Algunas veces le aportaban al pan un sabor dulce al añadirle miel y nueces.
Los romanos, por su parte, mejoraron los hornos, los molinos y las máquinas de amasar. En esta época el pan estaba muy bien considerado, era un alimento de ricos y ser panadero en aquellos tiempos estaba muy bien visto. Es en Roma cuando nace un colegio oficial de panaderos.
Siglos más tarde se siguen desarrollando las técnicas de elaboración del pan y aparecen otras formas como la baguette o el sándwich, este último le debe su nombre a John Montagu, cuarto Conde de Sandwich. Se crean los gremios de panaderos, se crean harinas más finas y el pan pasa ya a ser un alimento al alcance de todas las clases sociales.
En la actualidad, ha descendido el consumo de pan debido a diferentes factores como las dietas, las intolerancias al gluten, o la aparición de nuevos panes congelados y con aditivos que no consiguen convencer a los consumidores. Además, se han ido introduciendo poco a poco los panes integrales debido a los beneficios que aporta la fibra al organismo. Sin embargo, hoy en día se sigue considerando un producto básico siendo una de sus características su valor económico, ya que dicho valor se utiliza para establecer el costo de vida en los diferentes países e influye en el Índice de Precios al Consumo (IPC).
Y ahora un pan un tanto diferente, el pan dulce.
Es difícil imaginar un momento en la historia en que la cena navideña no culminara degustando un pan dulce. Sin embargo, las diferentes versiones sobre su origen lo ubican entre fines del siglo XVI y principios del XVII.
De las distintas teorías que se difundieron a través de los años, hay algunas que se han popularizado más que otras. La más antigua se remonta a los tiempos de los primeros cristianos que lo preparaban a modo de homenaje a la ciudad que albergó el nacimiento del niño Jesús, Belén, cuyo nombre en hebreo es "casa del pan".
Otra dice que el pan dulce o panettone, nació una Nochebuena, en la corte de Ludovico, el Moro, señor de Milán entre 1494 a 1500. El Duque celebró la Navidad con un festín digno de la riqueza de la corte milanesa.
El plato iba a ser el final del banquete, pero, en el momento de sacarlo del horno, el cocinero notó que se había quemado. El pánico inundó la cocina de Ludovico hasta que, afortunadamente, un lavaplatos, llamado Antonio, que había utilizado las sobras de los ingredientes para amasar un pan dulce y llevárselo a su casa, propuso servir su pan como postre.
Su creación tuvo tanto éxito entre los comensales que Ludovico presentó al joven Antonio frente a los invitados. El lavaplatos confesó que su postre aún no tenía nombre, por lo que su jefe decidió bautizarlo "Pan de toni", que con los siglos se convertiría en panettone.
Historia de amor sobre el pan.
Entre las distintas versiones que rodean el origen del pan dulce, hay una que se convirtió en la favorita del público: una historia de amor. Dice la leyenda que en 1490 un joven aristócrata, Ughetto Atellani de Futi, se enamoró de la hija de un pastelero de Milán. En aquel entonces, esa clase de unión estaba prohibida.
La muchacha, de nombre Adalgisa, trabajaba día y noche intensamente junto a su padre en la panadería.
Para ayudar a su amada, Ughetto se hizo pasar por aprendiz de pastelero y propuso añadir manteca a la masa del pan, pero como no había dinero para comprarla, el joven vendió uno de sus halcones y reunió el monto necesario.
El resultado fue tan exitoso que luego agregaron azúcar a la receta. Más tarde, en la época de las fiestas, Ughetto ideó un pan dulce con forma de cúpula a base de frutas abrillantadas y aromas cítricos.
Con el paso del tiempo los milaneses empezaron a acudir en masa a la pastelería a pedir el "pan de Toni", que luego derivó en panettone.
Desde entonces el postre viajó por el resto de Italia y Europa, llegando hasta América. En cada uno de los destinos se le incorporó distintos ingredientes: nueces, almendras, especias, entre otros. De allí que existen tantas versiones diferentes de un postre que en esencia, sigue siendo el mismo que resultó del amor entre Ughetto y Adalgisa.