Leer¡¡; el placer por la lectura, es uno de los mejores regalos que podemos hacerles a nuestros hijos. Muchos de nuestros padres nos plantean a menudo ¿cuál es el mejor momento?, o si ¿es necesario que el niño sepa leer para tener su primer contacto con un libro?…
Con este post queremos daros algunos consejos para lograr que los niños descubran el placer por la lectura, algo que el escritor Mario Vargas Llosa define como “lo mejor que le ha pasado en la vida”.
Una cuestión vital es el ¿cuándo y el cómo?. NO es necesario que los niños sepan leer incluso os pasamos un cuento para leer cundo el niño está en el utero…y en inglés¡¡ os ayudará a mejorar el vuestro y al pequeño escuch, el contacto cotidiano con los libros, la posibilidad de escuchar cuentos, ver como sus padres “siempre” tienen un libro entre su manos; ayudan a despertar a los niños el deseo por la lectura aunque sólo sea por “imitación”. Los padres podéis hacer muchas cosas para ayudar a vuestros hijos. Es un proceso gradual que se origina cuando nacen y que se completa con el desarrollo de la competencia del lenguaje.
No perdamos el tiempo pensando que el acto de de leer es innato, y que no hay que cultivarlo. Es una falacia y además no podemos olvidar que para nuestros pequeños hay miles de cosas mucho más interesantes que hacer que leer un libro. Es una costumbre que hay que cultivar.
¿Cómo debe ser este estímulo de la lectura a los 0, a los 3, y a los 5 años de edad?
Cada edad necesita de unas herramientas y unas estrategias por parte de profesores y padres distintas. Cuanto más lea un niño, mejor escribirá, y se expresará, de esto no hay duda. Como padre se pueden hacer muchas cosas para estimular la lectura en los niños: disponer de un espacio dentro de la casa dónde se le de importancia cada vez que el niño vaya allí y tome un libro o una revista o lo que sea es un proceso que nuestro pequeño identificará de forma positiva.
En el caso de los bebés nosotros aconsejamos a los padres que utilicen libros adecuados de tela, goma o cartón con páginas gruesas que pueda manipular; libros con objetos familiares para nombrar; con historias simples protagonizadas por niños de su edad; con rimas y juegos de palabras.
Para los niños más mayores, quizás a partir de los dos años (aunque depende de la maduración del pequeño), tenemos otra ayuda; muchos de los libros de cuentos de los que leemos tienen su versión cinematográfica o televisiva. Proponerles la lectura de estos libros y después ver la película en familia puede ser incentivador. Leerles en voz alta aunque ya sepan leer o disponer siempre de un libro mientras esperan puede provocar ese interés por la lectura.
No hay que tener miedo a las nuevas tecnologías como enemigo de la lectura. Lo importante es leer, el formato dónde se haga, es es lo de menos.
En resumen, que cada uno de nuestros hijos entiendan que la lectura no es un castigo sino diversión y descubrimiento; tiene mucho que ver en como padres y profesores enfocamos esta competencia vital.