Llevamos varios días de verano escuchando, leyendo y sobre todo sintiendo la ola de calor, una situación de calor intenso que en estas latitudes se produce en verano.
Así que en nuestro post semanal nos queremos preguntar y aconsejar sobre :
¿Qué hacer frente a la ola de calor si tenemos niños pequeños?
Aunque vivimos en una zona dónde siempre podemos huir hacia “la mar”, incluso junto al mar puede hacerse bastante insoportable el calor o la fuerza del sol y hay que tomar ciertas precauciones con “los peques de la casa” ( y también con los mayores).
Los niños menores de seis años están entre la población con más riesgo frente a las olas de calor, son más vulnerables de sufrir por ejemplo deshidratación o un golpe de calor.
A continuación os proporcionamos una serie de consejos para evitar golpes de calor o deshidratación:
- Evita la deshidratación, ofrécele al niño abundantes líquidos, preferiblemente agua (en el caso de bebés lactantes, hay que ponerlos al pecho más a menudo). Procura evitar bebidas demasiado frías o azucaradas.
- Evita la práctica de ejercicio físico, sobre todo en las horas centrales del día o al sol. Los pequeños corren el riesgo de deshidratarse o sufrir un golpe de calor. Ya habrá momentos más apropiados para hacer deporte, a no ser que hablemos de nadar en agua fresquita, porque esto sí vendrá bien en días calurosos.
- Una buena dieta es fundamental (esto vale para cualquier miembro de la familia). Se debe aumentar el consumo de frutas y verduras, en comidas frescas como ensaladas, macedonias… Estos alimentos mantienen bien hidratados a los niños y además aportan fibra, vitaminas… Podemos esperar a que las temperaturas bjen para incremetar nosotros el consumo de “comidas con fundamento” (los guisos o asados pesados pueden espera). La pasta, las patatas o el arroz que son productos que a los niños acostumbran a gustar mucho, se pueden tomar en ricas combinaciones como ensaladas.
- Que el niño lleve ropa apropiada, fresca, ligera, no apretada al cuerpo, de algodón, transpirable.
- Protege a tu hijo del sol, evita la exposición prolongada en las horas centrales y acude, junto a las cremas solares, a protecciones como gorras, sombrillas, toldos…
- Si estáis en casa, procurad mantenerla fresca con la ayuda de ventiladores o el aire acondicionado. Respecto a este último sistema, recuerda que en sí mismo no es perjudicial para los bebés, pero hay ciertas claves para que no les haga daño, como mantener la temperatura entre los 23-25 grados y sin humedad, para que no cojan frío, o no ponerlos directamente bajo el aire, “que puede provocar que el remedio sea peor que la enfermedad”.Hay otras cuestiones que mecionamos de pasada, porque entendemos que son muy obvias ya a ningún padre se les ocurre semejante “desatino” como es que no los dejes solos al sol o encerrados en un coche
Y el último de los consejos es que tratéis de disfrutad de “la caló” que llegará el frío y nos “quejaremos de lo contrario”. Y no olvidéis que en Los Peques permanecemos abiertos todo el verano, incluso con clases de natación que pueden ayudar a pasar las horas de mayor calor de una forma más divertida.