Es verano y muchos padres, abuelos, tíos etc…escogen este momento para regalar juguetes a los más pequeños de las casas, ya sean por “sus increíbles notas”, por su “esfuerzo durante el invierno” o porque es cuando más tiempo tienen para jugar “los peques” de la casa.
Los juguetes forman una parte fundamental de la infancia, ayudan a despertar su universo creativo, amplían su imaginación y la potencian. Es una de las grandes ventajas de ser niño frente a la edad adulta.(aunque en los adultos ya se están poniendo en práctica “estrategias de gasificación” para desarrollar diversos aspectos…)
La actividades lúdicas evolucionan a menudo que ‘quemamos’ etapas, y aunque la mente del ser humano está programada para experimentar con diferentes formas de juego a lo largo de la vida, en ninguna como la infancia este tipo de actividades forman parte integral del proceso de crecimiento personal. Por eso elegir un regalo, es una tarea que hay que pensar detenidamente, y en la que entran diversos factores en juego.
La primera infancia, la que va hasta los tres años, es una de estas etapas creativas donde el juego resulta tan fundamental para el niño como sus otros hábitos diarios, incluyendo comidas y ciclos de sueño. La cognición, la motricidad, el lenguaje, la creatividad y la inteligencia socio-emocional entran a formar parte de su vida a través del juego y los juguetes.
Así que nos hemos planteado darte algunos consejos para que aprendamos a elegir los más idóneos.
1. Los juguetes educativos son una gran fuente de información para los niños, debéis intentar que el niño se interese por el juego, es difícil que lleguen a embarcarse en una aventura con él. El juguete debe ser deseado por el niño, ya incluso desde una edad temprana.
2. Los juguetes deben ser seguros y estar SIEMPRE homologados. Cerciórate de que están confeccionados con materiales que no se sean cortantes si se rompen, con colores sólidos y no tóxicos. Una formula mnemotécnica: “cuanto más pequeño es el niño, más grande los juguetes y sus piezas”.
3. Cada juguete lleva asociado un rango de edad, pensado para adecuarse a las habilidades e intereses de los niños. Comprueba que el producto se ajusta a la edad y personalidad del niño, pensando en la finalidad y actitudes que desarrolla en su día a día, respetando su ritmo de aprendizaje, y procurando que disfrute con la nueva adquisición.
4. La personalidad del pequeño es fundamental: un niño retraído, por ejemplo, necesitará juegos socializadores, que de cabida a varios jugadores.
5. Como en todo (o casi todo), menos es más. Los juguetes sencillos aumentarán los usos que se pueden hacer con él, desarrollando la fantasía del niño así como su capacidad simbólica. Nos trae a la memoria el anuncio que popularizó una compañía de refrescos:
6. Los juguetes no pueden ser un ‘arma’ para corregir el comportamiento del niño. Son parte fundamental de su vida: procura no usarlos para premiarles o castigarles si se portan mal.
7. Por otra parte, el exceso de juguetes mata la fantasía y produce aburrimiento. Para evitarlo, es buena idea guardar parte de los juguetes de vez en cuando y volver a sacarlos unos meses más tarde.
8. Los niños sienten la necesidad de estar acompañados por sus padres, especialmente cuando son pequeños. Hay que equilibrar esa necesidad con la estimulación de su autonomía y socialización: pasa con ellos el tiempo necesario para que aprendan el funcionamiento de sus juguetes y juegos, y enséñales a jugar con ellos.
9. En ocasiones, los niños se divierten más con cualquier objeto que encuentran en casa que con un juguete. En lugar de redirigir su atención hacia sus propios juguetes, anímales a explorar los límites de su imaginación, especialmente si el objeto les despierta curiosidad.
En Los Peques cada Navidad LE ENVIAMOS A LOS PADRES UNA RELACIÓN DE JUGUETES QUE DEBEN COMPRAR SEGÚN EDAD Y OBJETIVO QUE SE QUIERA CONSEGUIR.